Era el canario un primor
y era su dueño un pequeño
que velaba con empeño
los cuidados del cantor
Era un precioso ejemplar
de color adamascado,
era un preso resignado
a la misión de cantar
Era sensible escuchar
de su garganta sonora
la nota grave que llora
en un constante rolar
Daba entender su trinar
de que una angustia sufría
porque falto de alegría
era su flauta un penar
Un cierto día su dueño,
el candoroso pequeño
que se solía extasiar
al contemplar los fulgores
de tan divinos colores
y tan hermoso cantar
Llevó hasta el cielo su queja
porque prendido a las rejas
de la pequeña prisión
en lenta y triste agonía,
su fiel canario moría
sin comprender la razón
Preso de un hondo quebranto
subió a sus ojos el llanto
y con infante emoción
sacó de la jaula al preso,
posó de su boca un beso
sobre el rosado plumón.
Y en su mano temblorosa
quedó dormida una rosa
que tenía un corazón
La cajita de madera,
la misma que contuviera,
la misma que contuviera
lapicitos de color
Fue la morada postrera
de aquel que en su vida fuera,
de aquel que en su vida fuera
su más preciado valor
Y en el jardín de su casa
a distancia muy escasa,
a distancia muy escasa
de un legendario nogal
Lloró la pobre criatura,
lloró la pobre criatura
al cavar la sepultura
de su cantor sin igual.
Jorge Cafrune - El niño y el canario için yorum ekle !