Te vendo mi tesoro,
poca cosa,
pero quizás en él
haya una rosa
y hasta un poco de orgullo
y de ilusión,
y por venderlo todo
remataré también el corazón.
No, no preguntes cuanto,
dame una cosa bella,
una noche de amor
o quizás una estrella,
dame lo que tú quieras,
lo que me puedas dar
porque al final de cuentas
me quiero rematar.
No me preguntes cuanto,
ofrece lo que puedas,
dame un rayo de luna
o una estrella de mar
y si es que nada tienes
y no me puedes pagar,
me regalo contigo,
nomás dejate amar...